El sistema de educación básica del gobierno federal manifiesta severos problemas, porque “de los 28 millones de niños y jóvenes en edad escolar, en el subsistema escolarizado quedaron sin ingresar en la educación básica 3 millones, es decir, 11 por ciento; y el Instituto Nacional de Educación para la Adultos (INEA) únicamente logró que concluyera sus estudios 1 millón de adultos de los 35 millones de analfabetos y personas sin educación básica”.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) envió a la Cámara de Diputados un legajo con las 40 revisiones más delicadas al ejercicio gubernamental entre las que se encuentra un diagnóstico poco halagüeño en torno a la educación básica en el país.
En una síntesis del tema, el ente fiscalizador manifiesta que “respecto de la calidad del logro educativo, los alumnos de educación básica no cubren los objetivos curriculares, ya que en las pruebas internacionales de lectura México ocupó el lugar 38 de 40 países evaluados en el ámbito de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en tanto que en matemáticas se situó en el sitio 37 de 40 naciones evaluadas”.
El texto en cuestión, del cual se tiene copia, manifiesta que en torno a la calidad del servicio educativo, “de las 190 mil 170 escuelas públicas de educación básica, 62 mil 153 (33 por ciento) fueron de organización incompleta, y 107 mil 256 (56 por ciento) fueron multigrado. Así mismo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no estableció los criterios para la contratación, ni los requisitos para que los profesores ejerzan la docencia en instituciones públicas”.
Así, la ASF emitió 22 recomendaciones y una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria (PRAS); de las 22 recomendaciones, 17 se dirigieron a la SEP, cuatro al INEA y una al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
De los señalamientos a la SEP, la dependencia atendió 15, quedando pendientes dos. Las 15 acciones referidas se consideraron atendidas debido a que “la titular de la SEP instruyó a las áreas responsables para que se defina el universo de atención de la dependencia y del INEA. Así mismo, la secretaría giró instrucciones para que en los programas de mediano y corto plazos se establezcan metas para medir el logro y el abatimiento del rezago educativo de los alumnos de educación básica, se mida la formación inicial, continua y el desarrollo profesional de los docentes de educación básica.
“Se incorporen programas, indicadores y metas en materia de infraestructura de educación básica; se evalúen los conocimientos, el desarrollo de habilidades intelectuales y la adquisición de valores y actitudes de los estudiantes; se mida el grado de competencias adquiridas mediante los exámenes de comprensión lectora y de matemáticas; y se mida el grado en que el Programa Nacional de Carrera Magisterial coadyuva a elevar la calidad de la educación básica y el desempeño profesional de los docentes participantes en el programa.”
La SEP giró además instrucciones, dijo, para que se determinen los requisitos que se deben cubrir para ser docente, en cumplimiento del artículo 21 de la Ley General de Educación. La decisión de la secretaría también se enfocó a gestionar los recursos necesarios para la educación básica, y para que se revise, ante las instancias respectivas, la actualización de los criterios, lineamientos y fórmulas de asignación definidas en la Ley de Coordinación Fiscal, a fin de que la distribución de los recursos a las entidades federativas sea equitativa.
Respecto de las dos recomendaciones parcialmente atendidas, éstas “se explican porque, si bien la SEP giró instrucciones para su atención éstas se enviaron a áreas que no tienen la atribución para efectuar las acciones solicitadas”.
En cuanto a las recomendaciones al INEA, se las considera atendidas parcialmente –manifiesta la ASF– porque el organismo no envió la información que permita verificar que se instruyó a las áreas responsables para que se incluyan, en su programa de mediano plazo, los indicadores y metas de la capacitación de las figuras solidarias responsables de proporcionar los servicios de educación básica, así como los índices de acreditación, retención, conclusión y certificación de los alumnos que cursen este nivel educativo.
El señalamiento emitido al Conafe, la ASF lo consideró atendido parcialmente, porque el consejo no remitió la documentación suficiente para verificar que se incluya en su programa institucional, las metas e indicadores sobre la formación y capacitación de los instructores.
Y en cuanto al PRAS, la revisión de éste está por notificarse, debido a que se ajustaron las metas del programa sectorial sin que se cumpliera con el procedimiento establecido en la Ley de Planeación.
El que pasa la nota solo deja una pregunta abierta ¿de que tanto nos sirven las evaluaciones si al final se sigue una política de CERO reprobación orquestada muchas veces no por los maestros y directivos, sino por mandos superiores? creo que a partir de ahí se contestan muchas cosas
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