Les compartimos esta nota de Laura Poy , escritora de la Jornada
Con la aplicación de un modelo de enseñanza donde se "tutela" al estudiante, pero no se le enseña a pensar, a ser creativo ni a tener capacidad para comprender su realidad, el proceso de empobrecimiento que vive el país no es sólo económico, sino también cultural y educativo, afirmaron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Agregaron que, ante un sistema educativo que ve a los alumnos como "seres incapaces de asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje, cada vez es más frecuente que los estudiantes universitarios presenten baja autoestima y no cuestionen lo que dicen sus profesores en el aula, porque sencillamente no les interesa".
Antonio García Valencia, especialista en sicología social y ex catedrático de la UAM y de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que ante el abandono de una educación que permita la construcción de "conciencia y responsabilidad" hacia el individuo, pero también hacia la sociedad, "resulta urgente incluir en el aula la pedagogía de la dignidad, que no es sino el respeto a sí mismo y a los demás".
De lo contrario, advirtió, "no sólo vamos hacia una debacle educativa, sino a la consolidación de una sociedad decadente, con una clase política corrupta e inepta, sin la menor capacidad para conducir el país, cuando lo que se requiere es formar generaciones conscientes del valor de la dignidad como pueblo, grupo social e individuo". No se trata, indicó, de fortalecer la simple enseñanza de valores y civismo en el aula lo que resulta urgente, insistió, es recuperar la enseñanza de la ética en la escuela, pero también de la estética, que simplemente desapareció.
Al respecto, Sergio Martínez Romo, experto en el análisis de políticas educativas de la UAM, agregó que es "urgente" aplicar una pedagogía de la dignidad en las universidades públicas, "no sólo porque se puede hacer, sino porque se trata de crear un verdadero ejercicio que favorezca el respeto al otro y, por tanto, a uno mismo, que es la base de la dignidad".
Destacó que el fortalecimiento de habilidades básicas del aprendizaje, como la capacidad lectora y la habilidad matemática, "es un proceso que también debe enfocarse a la formación de dignidad en los estudiantes, como herramienta que les permitirá no sólo lograr nuevos conocimientos, sino lo más importante, reflexionar sobre su propio entorno y crear una conciencia crítica con responsabilidad ante la sociedad".
Por ello, alertaron que la pobreza no sólo debe visualizarse como la falta de acceso a bienes materiales, sino también como el "empobrecimiento educativo y cultural, porque se ha demostrado que la conformación del imaginario de la pobreza es incluso más limitante que las propias condiciones económicas, pues un pobre difícilmente asume que puede dejar de serlo, aun si tiene acceso a una educación que le ofrezca el fortalecimiento de su propia dignidad como individuo, por lo que romper el círculo de la miseria no será una tarea de unos cuantos años, sino intergeneracional, ya que también se debe romper con ese imaginario de la marginación, tarea que sin duda compete al sistema educativo".
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