A medida que se realizan investigaciones sobre la sexualidad humana, se van descubriendo los variados efectos que la relación sexual tiene no sólo sobre la salud física y emocional sino, sorprendentemente, sobre la belleza.
Ya hace tiempo se descubrió que los encuentros íntimos frecuentes y satisfactorios combaten la depresión, los trastornos del corazón, los dolores de cabeza, mejoran la circulación, favorecen la flexibilidad, y reducen el estrés y la ansiedad, entre otras bondades.
Bueno, pues en estudios más recientes, se ha comprobado la acción del amor y su máxima expresión en el aspecto sobre todo de las mujeres: menos celulitis, manchas y dermatitis, mayor control de peso, más brillo en el cabello, mejor color de la piel, más energía….
El sicólogo David Weeks, investigador del Real Hospital de Edimburgo, afirma que una vida sexual activa puede constituir una efectiva terapia antiedad. Los estudios de este especialista concluyeron que hacer el amor al menos tres veces por semana alarga la expectativa de vida en un promedio de 10 años.
En la mujer, dicen los investigadores, cada relación sexual satisfactoria proporciona mayor energía física, incrementa la actividad de la glándula pituitaria (la llamada glándula maestra del sistema endocrino, que controla las funciones de las demás glándulas), estimula la tiroides (productora de hormonas que, entre otras muchas tareas, actúan sobre el estado de alerta físico y mental) y aumenta las secreciones de los ovarios, productores de hormonas sexuales.
Quienes tienen una vida sexual satisfactoria, mantienen con mayor facilidad su peso y sufren menos alteraciones menstruales.
Además, tienen una piel más atractiva, libre de defectos, gracias a la abundante secreción de las glándulas endocrinas durante la relación íntima. Aparte, la transpiración limpia los poros.
También se ha descubierto que gracias al acto sexual se produce mayor cantidad de estrógenos, las hormonas femeninas que mantienen suave la piel y el cabello con brillo y sedosidad.
Los mismos estrógenos pueden retardar el proceso de la osteoporosis, contribuyen a frenar la hipertensión, protegen el corazón y benefician en gran medida la circulación sanguínea.
El investigador Michel Ondent, en su estudio The Scientification of Love (1999), publicado en Londres, señala que el sexo puede ayudar a las personas a conciliar el sueño, pues durante el orgasmo se produce un volumen mayor de oxitocina, (una hormona relacionada con la afectividad, con los sentimientos profundos) y endorfinas (las “hormonas de la felicidad”) que actúan como sedantes.
Además, en ese supremo instante se libera también serotonina, (sustancia relacionada con la regulación del deseo sexual y la modulación de la ansiedad y la agresividad)
Durante un solo encuentro sexual intenso se pueden quemar hasta 560 calorías; por eso se le considera como uno de los “ejercicios” más completos que existen, porque tonifica todos los músculos.
Según la doctora Carol Rinkleib Ellison, en su investigación Women’s Sexualities, la actividad sexual consume calorías y grasas. Además, ella observó que quienes tienen una vida sexual activa tienden a realizar ejercicio con más frecuencia y a mejorar sus hábitos alimenticios. Hacer el amor también mejora el aspecto de la piel afectada por la celulitis, porque propicia una buena circulación.
Hace todavía una década, aproximadamente, no se sabía a ciencia cierta si eran correctas las afirmaciones en torno a las bondades del sexo. Pero, estudios como el que encabezó el doctor George Davey-Smith y en el que participaron sus colegas de la Universidad de Bristol, Inglaterra, llegaron a la conclusión de que si se tienen relaciones sexuales al menos dos veces por semana, las personas se conservan más saludables y su posibilidad de morir disminuye en 50% con respecto a quienes “van a la cama” una vez al mes.
Otro estudio, éste encabezado por Manuel Castillo, catedrático de la Universidad de Granada, no sólo corroboró lo que todo el mundo sabe: que el encuentro íntimo influye positivamente en el ánimo y en el bienestar de la persona. También halló que fortalece el sistema inmunológico, previene el desarrollo de enfermedades y tiene un efecto analgésico que ayuda a resistir mejor el dolor.
El simple acto de besar a la pareja continuamente contribuye a la belleza, porque estimula la producción de saliva (que elimina partículas de comida de los dientes) y disminuye la cantidad del ácido que causa las caries y la placa dental.
Con el beso amoroso se ejercitan alrededor de 30 músculos faciales (además de otros del cuerpo) y se movilizan secreciones hormonales que funcionan como analgésicos y fortalecen las defensas.
Ya hace tiempo se descubrió que los encuentros íntimos frecuentes y satisfactorios combaten la depresión, los trastornos del corazón, los dolores de cabeza, mejoran la circulación, favorecen la flexibilidad, y reducen el estrés y la ansiedad, entre otras bondades.
Bueno, pues en estudios más recientes, se ha comprobado la acción del amor y su máxima expresión en el aspecto sobre todo de las mujeres: menos celulitis, manchas y dermatitis, mayor control de peso, más brillo en el cabello, mejor color de la piel, más energía….
El sicólogo David Weeks, investigador del Real Hospital de Edimburgo, afirma que una vida sexual activa puede constituir una efectiva terapia antiedad. Los estudios de este especialista concluyeron que hacer el amor al menos tres veces por semana alarga la expectativa de vida en un promedio de 10 años.
En la mujer, dicen los investigadores, cada relación sexual satisfactoria proporciona mayor energía física, incrementa la actividad de la glándula pituitaria (la llamada glándula maestra del sistema endocrino, que controla las funciones de las demás glándulas), estimula la tiroides (productora de hormonas que, entre otras muchas tareas, actúan sobre el estado de alerta físico y mental) y aumenta las secreciones de los ovarios, productores de hormonas sexuales.
Quienes tienen una vida sexual satisfactoria, mantienen con mayor facilidad su peso y sufren menos alteraciones menstruales.
Además, tienen una piel más atractiva, libre de defectos, gracias a la abundante secreción de las glándulas endocrinas durante la relación íntima. Aparte, la transpiración limpia los poros.
También se ha descubierto que gracias al acto sexual se produce mayor cantidad de estrógenos, las hormonas femeninas que mantienen suave la piel y el cabello con brillo y sedosidad.
Los mismos estrógenos pueden retardar el proceso de la osteoporosis, contribuyen a frenar la hipertensión, protegen el corazón y benefician en gran medida la circulación sanguínea.
El investigador Michel Ondent, en su estudio The Scientification of Love (1999), publicado en Londres, señala que el sexo puede ayudar a las personas a conciliar el sueño, pues durante el orgasmo se produce un volumen mayor de oxitocina, (una hormona relacionada con la afectividad, con los sentimientos profundos) y endorfinas (las “hormonas de la felicidad”) que actúan como sedantes.
Además, en ese supremo instante se libera también serotonina, (sustancia relacionada con la regulación del deseo sexual y la modulación de la ansiedad y la agresividad)
Durante un solo encuentro sexual intenso se pueden quemar hasta 560 calorías; por eso se le considera como uno de los “ejercicios” más completos que existen, porque tonifica todos los músculos.
Según la doctora Carol Rinkleib Ellison, en su investigación Women’s Sexualities, la actividad sexual consume calorías y grasas. Además, ella observó que quienes tienen una vida sexual activa tienden a realizar ejercicio con más frecuencia y a mejorar sus hábitos alimenticios. Hacer el amor también mejora el aspecto de la piel afectada por la celulitis, porque propicia una buena circulación.
Hace todavía una década, aproximadamente, no se sabía a ciencia cierta si eran correctas las afirmaciones en torno a las bondades del sexo. Pero, estudios como el que encabezó el doctor George Davey-Smith y en el que participaron sus colegas de la Universidad de Bristol, Inglaterra, llegaron a la conclusión de que si se tienen relaciones sexuales al menos dos veces por semana, las personas se conservan más saludables y su posibilidad de morir disminuye en 50% con respecto a quienes “van a la cama” una vez al mes.
Otro estudio, éste encabezado por Manuel Castillo, catedrático de la Universidad de Granada, no sólo corroboró lo que todo el mundo sabe: que el encuentro íntimo influye positivamente en el ánimo y en el bienestar de la persona. También halló que fortalece el sistema inmunológico, previene el desarrollo de enfermedades y tiene un efecto analgésico que ayuda a resistir mejor el dolor.
El simple acto de besar a la pareja continuamente contribuye a la belleza, porque estimula la producción de saliva (que elimina partículas de comida de los dientes) y disminuye la cantidad del ácido que causa las caries y la placa dental.
Con el beso amoroso se ejercitan alrededor de 30 músculos faciales (además de otros del cuerpo) y se movilizan secreciones hormonales que funcionan como analgésicos y fortalecen las defensas.
Nota: Correo
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