Chopin - A Grande Valsa Brilhante
Los que nos dedicamos a la educación sabemos que el desempeño escolar es multifactorial, por ejemplo: el sistema escolar, los planes y programas de estudio, el estatus económico de las familias, las tecnologías de la información y la comunicación, el material didáctico, el liderazgo pedagógico de los directivos, las cualidades de los docentes, las características de los alumnos, la participación de los padres de familia, los medios de comunicación, por mencionar algunos, influyen en el aprovechamiento. En esta entrega me voy a referir a dos factores que consistentemente inciden en el aprovechamiento escolar: las escuelas y los docentes.
Concebidas por la sociedad como las instituciones por antonomasia para conservar, difundir e incrementar la cultura, las escuelas son el factor más importante en el rendimiento de los alumnos. La organización interna, las relaciones del director con los profesores y de éstos entre sí; las interacciones con los padres de familia y demás miembros de la comunidad favorecen el aprendizaje o se constituyen en barreras. Uno de los aspectos principales es el clima en la escuela y en el aula. El clima escolar se refiere esencialmente a la relaciones que se establecen entre alumnos y que, en muchas ocasiones son mediadas por los docentes. En América Latina, diversas investigaciones, han encontrado que un clima escolar favorable se traduce en diferencias en el rendimiento de los alumnos a tal grado que para algunos de los investigadores es el aspecto más influyente en el rendimiento escolar.
Los alumnos aprenden más en las escuelas donde existe un clima de armonía y compañerismo entre maestros y estudiantes. Asimismo se ha comprobado que en la mayoría de las escuelas consideradas como efectivas, o en las escuelas de calidad, prevalece un clima escolar positivo.
En relación con los docentes, su formación inicial, sus actitudes y prácticas son de gran trascendencia. Salvo excepciones, no es lo mismo una persona que estudió para ingeniero o para abogado, impartir clases en una escuela primaria, que un normalista, es decir, alguien que se preparó para eso. Además los alumnos perciben si sus profesores llegan regularmente contentos a trabajar, si tienen una visión positiva de la vida, si los impulsan a seguir estudiando o sólo a que aprendan para aprobar. Si sus prácticas son rutinarias e intrascendentes, también serán las de sus alumnos. Si los maestros cumplen por cumplir o lo hacen por sentirse realizados en la formación de las nuevas generaciones o lo hacen sólo para obtener un salario, e incluso si los profesores consideran a sus alumnos en la toma de decisiones también tendrá su repercusión en el aprendizaje; también influye si el lenguaje que usa el profesor es entendido por sus alumnos, es decir cuando los maestros usan un léxico comprensible los estudiantes logran en promedio, niveles más altos de aprendizaje.
Aquellos docentes que se sienten satisfechos y confiados al realizar sus labores en el aula, cuando están comprometidos con sus alumnos y aceptan a la educación como mecanismo para disminuir las desigualdades, hacen hincapié en la importancia de continuar los estudios para promover la movilidad social y lograr que los alumnos se incorporen de manera funcional a la vida social, política y económica del país, consiguen mejores resultados de aprendizaje en sus alumnos, independientemente de la influencia de los otros factores.
También, si los docentes transmiten altas expectativas a sus alumnos, los motivan a seguir estudiando y a establecerse objetivos de mediano y largo plazo en cuanto a escolarización, por supuesto mejorará notablemente su rendimiento escolar.
En consecuencia, con las autoridades y el sindicato, debemos dedicar nuestros mayores esfuerzos en recuperar la centralidad de la escuela en los procesos de aprendizaje de nuestros alumnos y, reavivar la función de los profesores como facilitadores de los mismos.
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