Por primera vez la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se pronunció sobre educación en sexualidad y aseguró que son pocos los jóvenes que reciben una adecuada preparación en esta materia, a pesar de que se trata de un aspecto inherente a la vida humana, la cual, además, no se puede entender sin hacer referencia al género y la diversidad.
En las directrices internacionales sobre educación en sexualidad, enfoque basado en la evidencia para una educación efectiva en la materia, el organismo advierte sobre la carencia de información veraz y confiable sobre el tema, y que los jóvenes son potencialmente vulnerables ante la coerción, el abuso, la explotación, el embarazo no planificado y las infecciones transmisibles, incluyendo el VIH.Además, indica el documento, son muchas las personas que llegan a la adultez llevando consigo mensajes contradictorios y confusos sobre el género y la sexualidad, lo que se exacerba con el silencio y desaprobación de padres y maestros ante la posibilidad de tener una discusión franca y abierta sobre dichos temas, en momentos cuando es más necesaria.
No obstante, señala la UNESCO, los jóvenes son conscientes de su sexualidad y la ejercen, cada vez a más temprana edad, aunque formalizan su relación de pareja más tarde en la vida y prolongan de esa forma el tiempo entre el inicio de su actividad sexual y el matrimonio, cuando eligen esta opción.
Las propuestas del organismo internacional fueron presentadas durante la Consulta Técnica Regional sobre las Directrices Internacionales para Educación en Sexualidad, que se realizó en México y en la que participaron expertos de Latinoamérica, quienes también dan seguimiento a la declaración ministerial Prevenir con Educación, que suscribieron los ministros de Salud de la región el pasado mes de agosto.
En dicha declaración, emitida la víspera de la inauguración de la Conferencia Internacional de Sida que se efectuó en la ciudad de México, los funcionarios se comprometieron a impulsar la educación sexual, y asegurar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad e integrales. Reconocieron a ésta como la mejor alternativa para prevenir la transmisión del VIH, así como para fomentar la igualdad entre las personas y combatir discriminación y homofobia.
Durante la reunión de expertos, organizada por la Organización Panamericana de la Salud, la UNESCO, la Red Democracia y Sexualidad (Demysex), la Asociación Mundial para la Salud Sexual y el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida), se acordó adoptar el contenido de las directrices de la UNESCO como una herramienta, que todavía se debe enriquecer de acuerdo con la realidad de cada nación.
En el caso de México, José Aguilar, presidente de Demysex, señaló que es indispensable el compromiso formal del gobierno con la declaratoria y el secretariado que le fue encomendado por los países latinoamericanos para dar seguimiento al cumplimiento de los acuerdos.
Además de los planteamientos de la UNESCO, se deberá enfatizar en los temas de homofobia, estigma y discriminación y que el ejercicio de la sexualidad se incluya en un marco de derechos humanos.
En entrevista, Aguilar mencionó que la educación sexual debe entenderse de manera integral, con respeto a la diversidad, la equidad de género, desde la ciudadanía y los valores democráticos.
Advirtió que la firma puesta en la declaratoria es insuficiente si no se traduce en acciones concretas que garanticen la toma de decisiones libres e informadas de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, respecto de su cuerpo y su sexualidad.
El especialista resaltó que además de la declaración ministerial, México tiene compromisos asumidos en foros internacionales previos como las conferencias y convenciones de Pekín, El Cairo y la Conferencia de Viena de los niños y las niñas.
Información del diario "La Jornada"
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