Hace quince años Héctor Aguilar Camín en "Diez Razones Maestras de la Razón de ser del Maestro", escribió "si alguien fue nuestro maestro alguna vez, lo sigue siendo el resto de nuestra vida. Porque no hay nada tan memorable como la propia iniciación en algo, el deslumbramiento de entrar por primera vez a un mundo que no habíamos visto, a una realidad que no habíamos sospechado, a un conocimiento que multiplica lo que sabíamos hasta entonces. Esta es la tarea profesional del maestro: la iniciación en el saber. Como la del ministro religioso, la tarea del maestro tiene algo de revelación. Como la del político, tiene algo de guía. Como la de los padres, tiene algo de ejemplo supremo y autoridad definitiva. No es casual que sea una de las profesiones llamadas vocacionales, una profesión que exige clara predisposición, temperamento adecuado y gusto por ella. El maestro, como los artistas, nace y después se hace".
Margarita Solís Rangel estudió en la ciudad de Guanajuato, nació en Irapuato y se hizo maestra, ahí mismo, en la capital de las fresas. En efecto, estudió para docente en la escuela Normal, Enfermería y Obstetricia en la Universidad y la especialidad de Psicología pedagógica en la Normal Superior, estas tres instituciones ubicadas en Guanajuato capital. Ejerció y se hizo maestra –la práctica hace al maestro- en Irapuato. Fue maestra en la escuela Primaria Urbana No. 3, directora del Jardín de Niños "18 de marzo", directora de la escuela Primaria Urbana No. 12. Fue Inspectora Escolar de la zona Estatal No. 12 durante 35 años. También se desempeñó como maestra de Ciencias Biológicas, de Higiene Escolar y Puericultura en la Escuela Normal Primaria de Irapuato de 1952 a 1975. En ésta fue mi maestra de Técnica de la Enseñanza. Todos los días la veía cruzar el patio, puntual, esbelta, derechita, con la vista al frente y paso seguro. En el aula su voz era clara y firme, un poco impositiva. La mayoría de mis condiscípulos le tenían miedo, sobre todo si no estudiaban los apuntes. Yo no, porque explicaba muy bien, me gustaba su clase y su persona me inspiraba confianza. Siempre recibí de ella un trato respetuoso y le correspondí de igual manera, añadiéndole afecto. La escuela estaba ubicada en el centro de la ciudad. Fue demolida para construir lo que hoy es la Plaza de los Fundadores. La escuela tenía un bellísimo pórtico de cantera rosa, con gradas que yo subía y bajaba con entusiasmo, llevando mi bicicleta al lado derecho. La bicicleta fue mi medio de transporte durante toda la adolescencia y parte de mi ya lejana juventud.
La maestra Margarita Solís Rangel, impartió de manera gratuita sus conocimientos en la escuela nocturna para adultos, misma que gestionó y fundó con la maestra Juana Hidalgo Gómez. También fundó las siguientes escuelas: Insurgentes, Rafael Barba Pérez, Margarita maza de Juárez, Vicente Gue-rrero, 18 de Agosto, Miguel Hidalgo en Rivera de Guadalupe y Panales de Pueblo Nuevo, las cuales fueron gestionadas en su donación de terreno y construcción. Las actividades desa-rrolladas en la comunidad, sin ninguna remuneración, fueron muy amplias. Lo mismo colaborando con la Benemérita Cruz Roja en esta ciudad, durante más de diez años, que visitando la cárcel municipal en donde organizaba posadas para los reclusos, a quienes les llevaba ropa y cobijas que adquiría con aportaciones económicas de personas altruistas como los señores José Tomé, Rafael González, Arnulfo Nieto y la señora Marina Elías de Nassar. En una ocasión solicitó mi apoyo, yo era el director del Grupo Teatral Normalista, para presentar la obra "Juan el Brasero" en el penal de Irapuato, acepté con mucho gusto. La obra recibió muchos aplausos.
Margarita Solís Rangel, como partera titulada, daba sus servicios de manera gratuita a personas de escasos recursos tanto del área rural como de la periferia. Varios ciudadanos irapuatenses le agradecen haberles ayudado a venir al mundo.
También es pionera por los derechos de la mujer. En dos ocasiones fue regidora del H. Ayuntamiento de Irapuato y fue la primera mujer electa como Diputada al Congreso Local, cargo desempeñado durante el período del licenciado Juan José Torres Landa, para lo cual se modificó la Ley electoral a fin de ser votada. Un afectuoso saludo con respeto y admiración a mi maestra Margarita Solís Rangel deseándole ¡larga vida!
Con afecto, un alumno mas, Ezequiel Soto Martínez
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